martes, 28 de enero de 2014

EL MOVIMIENTO ES EL PASO AL CONOCIMIENTO

REVISTA
EL MOVIMIENTO ES EL PASO
AL CONOCIMIENTO

CENTRO REGIONAL DE EDUCACIÓN NORMAL

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN ESPECIAL

ASIGNATURA: MOTRICIDAD Y APRENDIZAJE

MTRO. YURIAN ISAÍAS RAMOS ENRÍQUEZ


EL MOVIMIENTO ES EL PASO AL CONOCIMIENTO

ESMERALDA GASPAR DEL TORO

5° SEMESTRE GRUPO “U”

TURNO MATUTINO

(CIUDAD GUZMÁN, MUNICIPIO DE ZAPOTLÁN EL GRANDE, JALISCO. 29 ENERO 2014)

ÍNDICE
                                                                                                                Página
Introducción.………………………………………………………………………. 4
Justificación Teórica...…………………………………………………………... 5
Actividades de Motricidad Fina.……………………………………………….. 12
Actividades de Motricidad Gruesa.………………………………………….… 35
Conclusión………………………………………………………………….......... 61
Referencias Bibliográficas.…………………………………………………....... 62
Dirección Del Blog…………………………………………………………......... 64

INTRODUCCIÓN

Todas las personas en nuestra infancia hemos tenido que aprender a gatear, caminar, sentarnos, ponernos de pie, reconocer el espacio en donde estamos, identificar derecha e izquierda, etc. Todos estos aprendizajes se relacionan con el desarrollo motor que los niños y las niñas van adquiriendo, y a su vez les permite conocer su propio cuerpo.

La Motricidad representa un fundamento y una condición importante, no sólo para el desarrollo físico, sino también para el desarrollo intelectual y socioafectivo. Las niñas y los niños van desarrollando autonomía personal a través del progresivo dominio de su cuerpo (coordinación, control y seguridad en sí mismo), logrando también el desarrollo sensorial y su capacidad de comunicación y socialización.

El movimiento constituye un instrumento privilegiado e importante para el aprendizaje. El niño descubre su cuerpo a través de la observación y la exploración activa, usando todos sus sentidos, manteniendo el contacto físico con objetos, niños, adultos, todo el mundo que lo rodea. El niño logra ser independiente desarrollando sus movimientos, y así adquiere las bases para su desarrollo mental.

Con lo anterior nos damos cuenta de la importancia del desarrollo motor en los niños y las niñas. Es por ello que en esta revista abordaremos actividades que fortalecen la motricidad fina y gruesa. 

Para conocer nuestro entorno necesitamos explorarlo.

JUSTIFICACIÓN TEÓRICA
 “LA MOTRICIDAD PARA EL DESARROLLO INTEGRAL DEL SER HUMANO”
Las teorías y aportes que se analizan a continuación tienen el propósito de describir y explicar el desarrollo motriz de los niño y las niñas, los cuales es importantísimo analizar porque cada uno hace aportes sustanciales que debemos considerar y tener en cuenta en la Educación.

TEORÍA PIAGETIANA
Para el psicólogo Jean Piaget sus estudios se basaron en el desarrollo de la cognición, utilizando para sus investigaciones el método clínico- genético que consistía en poner en práctica diferentes acciones motrices en los niños desde su nacimiento, para dar acceso a la evolución de la inteligencia, este proceso o estructuración psicológica, se basó, en permitirle primeramente al niño la adaptación al mundo circundante pasando este por una serie de etapas o estadios sucesivos que abarcan las diferentes edades cronológicas, lo cual, le va a permitir organizar diferentes acciones motrices y cognitiva. 
Entre las etapas que Piaget distingue para el desarrollo de la cognición, se encuentran: 

1. Desarrollo del pensamiento sensorio motriz (desde el nacimiento a los dos años aproximadamente): parte de la capacidad congénita del niño, de succionar, agarrar y llorar, en este estadio, aparecen las habilidades locomotrices y manipulativas que es cuando el niño aprende a manejar de manera hábil la información sensorial, también es capaz de reconocer las invariantes funcionales de los objetos, desarrollando una conducta intencional. 
2. Desarrollo del pensamiento preoperacional, representación preconceptual (entre 1 año y medio hasta los cinco, aproximadamente): parte de la función simbólica que nace de la imitación interiorizada; los niños aprenden a representar el tiempo y el espacio y desarrollan el lenguaje.
3. Desarrollo del pensamiento operatorio, representación articulada o intuitiva (cuatro a ocho años) en esta etapa los niños entran en un proceso de acomodación permitida por la interacción social y/o lenguaje, la cual es dominada por la percepción.
4. Desarrollo del pensamiento operatorio; operaciones concretas (siete a doce años) el niño ya es capaz de crear conceptos tales como: de conservación, reversibilidad. 
5. Desarrollo del pensamiento formal; (de los once años hasta la adolescencia) se considera que ya la persona posee una maduración mental, ya maneja conceptos de alta complejidad y su estimulación ambiental ya dependerá de métodos pedagógicos para desarrollar aún más su potencialidad.

TEORÍA DE KEPHART
Este autor plantea la importancia de los aprendizajes motores y sensoriales. Además de la capacidad adaptativa que tiene el niño(a), sin embargo es necesario comentar que existen algunas amenazas para el desarrollo de dicha capacidad. Generalmente ocurre cuando se restringen ciertas experimentaciones, se limita el nivel de adaptación satisfactorio del niño.
Cabe destacar que aunque el método de evaluación del niño propuesto por kephart le faltó rigor y espíritu crítico, no podemos negar que otorga importancia justificada al aprendizaje y a la realización de los factores psicomotores acondicionando los aprendizajes escolares. 

TEORÍA DE BRUNNER
Según este autor la capacidad psicomotriz es el proceso donde el niño construye secuencias de movimientos adaptados a los intentos de acción, relacionándose estrechamente con la actividad visomotriz.
En su análisis señala la existencia de tres componentes denominados feed-back. Los cuales se desglosan en:
·         Feed-back interno: tiene relación con las sensaciones propias del sistema nervioso.
·         Feed-back propiamente dicho: se refiere a la atención y la motivación en el proceso de las actividades motrices. .
·         Feed-back de la acción: es el proceso relacionado con la información.
En conclusión estos componentes son para analizar y entender las acciones motrices del hombre y corregir el movimiento mediante una retroalimentación.

TEORÍA DE WALLON
Para Wallon, sus estudios se basaron, en la unidad funcional y unidad biológica de la persona, partiendo de que la psiquis y la motricidad no pueden trabajar aisladamente, ya representa las expresiones de las relaciones reales del ser y del medio, consideró, también en su obra la importancia de los diferentes movimientos, fundamentales en el desarrollo psicobiologico del niño.
La motricidad para Wallon, se considera como aquella que se pone de manifiesto durante los primeros años de edad del niño a través de las funciones psicológicas, para luego acompañar y sostener los procesos mentales.
Una actividad en relación como por ejemplo;” el desplazamiento en el espacio”, el niño puede adoptar o expresar tres formas según su evolución psicológica:
·         Puede ser “pasivo o exógeno”, son reflejos de equilibración.
·         Desplazamientos corporales “activos o autógenos” en relación con el medio exterior: la locomoción y aprehensión 
·         Reacciones postuales que se manifiestan en el lenguaje corporal como son los gestos, actitudes y mímicas.
·         La función tónica o plástica, es de gran importancia en el desarrollo infantil, tanto en actitudes motrices como perceptivas, esta, por una parte , refleja la relación entre la acomodación o interpretación perceptiva, y por otra parte, con la vida afectiva.

TEORÍA MADURATIVA DE GESELL
Psicólogo y Pediatra, se dedicó a estudiar las etapas de desarrollo de los niños/as., especialmente físico-mental, asegura que el niño adquiere su mente de la misma manera que adquiere su cuerpo.
Fundó la clínica de desarrollo infantil de la escuela de Medicina de Yale, que él mismo dirigió, fue uno de los primeros en descubrir el proceso de desarrollo, mediante una observación realizada durante horas, a cientos de niños/as. La misma lo llevó a la conclusión de que el desarrollo está influenciado por el medio ambiente y los aspectos biológicos (genes), es decir que cada ser humano que nace es único, con genes heredados, pero con capacidad de aprender, la diferencia se ve marcada de acuerdo a la casa, barrio o urbanización donde vive al igual que la cultura y educación recibida.
Su posición en cuanto a la maduración es muy extrema, ya que él piensa que el ambiente solo sirve de apoyo al desarrollo de patrones internos y que nada hace en función de su estructura conductual, considera que la naturaleza determina el orden de aparición de los factores de crecimiento y que la madurez de las estructuras nerviosas es prerrequisito esencial del aprendizaje.
En la actualidad los conceptos de Gesell se pueden comprobar en los salones de clase, cuando se nos presenta que no todos los niños/as maduran al mismo tiempo ni a la misma edad, hay casos muy particulares que son los niños inmaduros que no llevan el ritmo de aprendizaje de los otros, pero que logran posteriormente una nivelación satisfactoria.
Gesell tomó los aspectos:
·         Motor: movimientos corporales. Coordinaciones motrices.
·         Adaptación: habilidad para utilizar adecuadamente la dotación motriz en la solución de problemas prácticos.
·         Capacidad de adaptación frente a problemas sencillos.
·         Coordinación de movimientos manuales para alcanzar objetos.
·         Lenguaje: Comunicación visible y audible, imitación y comprensión, lenguaje articulado.
·         Personal social: factor intrínseco del crecimiento. Control de esfínter, higiene, independencia, colaboración. 

TEORÍA DE V. DA FONSECA.
Esta teoría se fundamente en las ideas de que:
El Desarrollo psicomotriz está anterior a la evolución intelectual y que este desarrollo psicomotor es imprescindible para que la persona acceso a los procesos superiores de pensamiento.
Que el desarrollo psicomotor humano evoluciona a través de la integración, planificación y regulación de sus acciones
Divide el desarrollo de lo motricidad del individuo en tres etapas:
1.) La inteligencia neuromotora.
2.) La inteligencia perceptivomotriz.
3.) La inteligencia psicomotriz.
Estas etapas o fases están jerarquizadas pero a la vez, se integran, se equilibran, se realimentan, se adaptan con moderación.
El funcionamiento motor dependen indiscutiblemente de los procesos funcionales cerebrales tales como: Atención, vigilancia, selectividad, e integración, así como los procesos de recepción, análisis, elaboración, memoria, codificación y recodificación informativa, síntesis. Igualmente compromete la programación, planificación y regulación de las acciones.

"Las actividades posturales y motoras preceden a las actividades mentales, después actúan conjuntamente, hasta que más tarde la actividad motora se subordina a la actividad mental. De la motricidad a la psicomotricidad y finalmente de la psicomotricidad a la motricidad." (Da Fonseca).

DEFINICIÓN DE MOTRICIDAD
Es definida como el conjunto de funciones nerviosas y musculares que permiten la movilidad y coordinación de los miembros, el movimiento y la locomoción  (Jiménez, Juan, 1982).
Para entender qué es la motricidad, tenemos que empezar por definir al movimiento y conocer qué son los patrones de movimiento, así como los patrones fundamentales o básicos de movimiento. A partir de los años ochenta,  en donde señala que el término “movimiento”, está referido a los cambios observables de la posición de alguna de las partes del cuerpo; en cambio, un patrón de movimiento o patrón motor, es una serie de movimientos  relacionados entre sí, pero que por su simplicidad no llegan a ser considerados  como patrones básicos de movimiento, como levantar y bajar un brazo o una  pierna. En cambio, los patrones fundamentales o básicos, son más complejos  porque encierran una combinación de patrones de movimiento de uno o más  segmentos del cuerpo como los que entran en juego al caminar, correr, saltar,  lanzar, cachar etc.
Los patrones básicos de movimiento han sido divididos en general por los estudiosos del tema en cuatro grandes grupos: desplazamientos, saltos, giros y manipulaciones. Otros, insertan a los desplazamientos y saltos en una sola  categoría o grupo al que le denominan de locomoción, y al equilibrio en el grupo de los giros, por lo que dividen a los patrones básicos de movimiento en: locomociones (desplazamientos y saltos); estabilizaciones (giros y equilibrios);  y manipulaciones (lanzamientos, recepciones, golpeos con pies y con manos).

DEFINICIÓN DE MOTRICIDAD GRUESA
Se refiere al control de los movimientos musculares generales del cuerpo o también llamados en masa, éstas llevan al niño desde la dependencia absoluta  a desplazarse solos. (Control de cabeza, Sentarse, Girar sobre sí mismo,  Gatear, Mantenerse de pie, Caminar, Saltar, Lanzar una pelota. Repta, Trepar, Equilibrar, Coordinar) (Garza Fernández, Fco. 1978).
Sin embargo, para que el niño esté en condiciones de realizar algún patrón de movimiento básico como el correr, debe haber pasado por las etapas previas  de desarrollo del movimiento: iniciando con los movimientos reflejos  (movimientos involuntarios realizados durante los primeros meses de vida);  posteriormente y alrededor de los dos años, le fue posible llevar a cabo movimientos conscientes pero poco estructurados llamados movimientos rudimentarios (alcanzar, apretar y soltar objetos; controlar sus manos y su  cuello y aprender a erguirse y sostenerse en pie).
Más adelante (de los tres a los seis años aproximadamente), comenzó a desarrollar patrones de movimiento (subir y bajar una pierna o un brazo; mover  el tronco hacia delante y hacia atrás, hacia un lado y al otro), los cuales a  través de la maduración, la ejercitación y la coordinación combinada de estos movimientos, pudo convertir finalmente en patrones básicos de movimiento  (caminar, correr, saltar, lanzar, equilibrarse).
Cabe señalar que mediante la práctica, es posible mejorar y afinar el movimiento, para llegar a transformarlo en una destreza motriz.
Para efectos de trabajo práctico, en el área de educación física, las destrezas motrices han sido clasificadas en: básicas o fundamentales, específicas y especializadas, aunque algunos autores insertan a las específicas y especializadas en la misma categoría.

DEFINICIÓN DE MOTRICIDAD FINA
Comprende todas aquellas actividades del niño que necesitan de una precisión y un elevado nivel de coordinación. Esta motricidad se refiere a los movimientos realizados por una o varias partes del cuerpo, que no tiene una amplitud sino que son movimientos de más precisión. Se cree que la motricidad fina se inicia al año y medio, sin ningún aprendizaje, empieza a poner objetos pequeños en un bote. La motricidad fina implica un nivel elevado de maduración ya que hay diferentes niveles de dificultad y precisión. (Psicología de la educación psicomotriz. Antonio Mesonero Valhondo1994).

MOTRICIDAD

FINA

ACTIVIDADES QUE FAVORECEN LA MOTRICIDAD FINA
COGER UNA CUCHARA
Edad: 0-1 años.  
Meta: Mejorar el dominio y la independencia a la hora de comer.
Objetivo: Sujetar una cuchara con el puño cerrado y sostenerla sin ayuda. 
Materiales: Una cuchara. 
Duración: 15 minutos o más.
Procedimiento:  
Sujeta la cuchara delante del campo visual del niño y llama hacia ella su atención. 
Cuando la mire di “cuchara”. 
Toma su mano y dobla sus dedos alrededor del mango para que la sujete del modo correcto con su puño. 
Usa tu mano para reforzarlo y prevenir que se le caiga o la lance. 
Ayúdalo a sostenerla por unos segundos mientras le hablas dulcemente dándole ánimos.
Ve aumentando gradualmente el tiempo que debe sostenerla antes de dar por concluida la actividad.
Cuando notes que su mano va ejerciendo más control sobre la cuchara, disminuye la presión de tu mano sobre la suya.
Finalmente retira tu mano para ver si sujetará la cuchara por sí mismo unos segundos.

LA CAJA DEL TACTO
Edad: 0-1 años.   
Meta: Mejorar la habilidad de agarrar objetos sin verlos. 
Objetivo: Sacar tres objetos hacia fuera de una caja cerrada. 
Materiales: Caja de cartón, tres objetos de tamaño medio que normalmente tengamos por casa (por ejemplo cuaderno, vasos de plástico, y cuchara). 
Duración: Indeterminada.
Procedimiento: 
Corta un agujero en la caja de cartón lo suficientemente grande como para que el niño pueda introducir su mano fácilmente.
Pon tres objetos dentro de la caja que sean más pequeños que el hueco que hemos recortado para que puedan ser sacados con facilidad.
Cierra la caja, o si vas a usar una caja sin fondo, coloca los objetos sobre la mesa y cúbrelos con la caja de forma que el niño no pueda verlos.
Asegúrate de que el niño te esté mirando, introduce tu mano por el agujero y saca uno de los objetos. Sobre actúa con cara de sorpresa cuando lo extraigas.
Luego, lleva su mano a través del hueco y ayúdalo a localizar alguno de los objetos y a sacarlo fuera.
Repite el procedimiento con el último objeto, recordando que debes recompensarlo cada vez que saque algo de la caja.
Después de trabajar esta actividad varias veces, lleva su mano hacia el agujero y permítele que rebusque él solo hasta encontrar los objetos.
Cuando le coja el truco, el número de objetos se puede aumentar o disminuir y la caja puede cambiarse por una mayor para que así tenga que explorar más hasta encontrar lo que se esconde en ella.

COGER OBJETOS
Edad: 0-1 años.   
Meta: Llegar a sostener algo con las pinzas de sus dedos y mejorar el control de la motricidad fina. 
Objetivo: Coger diez objetos de tamaños surtidos y colocarlos en un cuenco. 
Materiales: Un cuenco y diez objetos pequeños ( por ejemplo pasa, cacahuete, botón, bloque, abalorio, tornillo, bolígrafo, llave, pelota y moneda). 
Duración: 20 minutos o más.
Procedimiento: 
Haz que el niño se siente a la mesa y que sepa que es la hora de trabajar.
Esparce los objetos en la mesa delante suya, asegurándote de que queden todos dentro de su alcance.
Coge uno de ellos gesticulando mucho deliberadamente el agarre de las pinzas que realizas con tus dedos pulgares y el índice y el corazón juntos.
Dile “poner”, y colócalo dentro del cuenco.
Toma su mano y moldéale sus dedos para que recojan otro de los objetos realizando la pinza. Dile “poner” y mueve su mano hacia el cuenco. Ayúdalo a que lo suelte correctamente en su interior.
Alábalo y recompensa inmediatamente su trabajo.
Repite esta actividad varias veces hasta que notes que comienza a llevar a cabo los movimientos por sí mismo.
Lleva un control de aquellas cosas con las que tiene más dificultad para estar preparado y ayudarle con ellas.
Recuerda que debes decirle “poner” cada vez que deba colocar el objeto en el cuenco.

DESARROLLAR EL AGARRE DE PINZAS
Edad: 1-2 años.   
Meta: Desarrollar el agarre de pinzas correctamente e incrementar el control de la motricidad fina. 
Objetivo: Pellizcar pequeños trozos de plastilina y colocarlos en un bote. 
Materiales: Plastilina y un bote. 
Duración: 25 minutos aproximadamente.
Procedimiento: 
Haz que el niño se siente a la mesa con la plastilina delante de él.
Saca la plastilina del tarro, pero deja este dentro de su alcance.
Moldea sus manos para darle forma de rulo a la pasta, de unos doce milímetros de grueso, aproximadamente.
Asegúrate de que te esté mirando y muéstrale con movimientos muy deliberados como pellizcas trozos de los extremos del rulo, usando tus dedos pulgar e índice.
Mantén el trozo delante de su cara de forma que pueda ver cómo lo sujetas.
Dile “poner” y coloca el trocito dentro del bote.
Luego ayúdale a que con sus dedos sea él el que pellizque un pequeño trozo de plastilina.
Di “poner” y lleva su mano a soltarlo dentro del tarro.
Repite la actividad varias veces, reduciendo tu nivel de ayuda cuando sientas que comienza a utilizar su pulgar e índices correctamente. 
Hazle saber exactamente qué cantidad de veces debe realizar la tarea colocando un número específico de pequeñas recompensas sobre la mesa. Cada vez que ponga un trozo en el bote, él conseguirá una. 

COGER AZUCAR CON UNA CUCHARA
Edad: 1-2 años. 
Meta: Perfeccionar el agarre y manipulación de objetos y desarrollar la habilidad de comer independientemente. 
Objetivo: Usar una cuchara para transferir azúcar de un recipiente a otro. 
Materiales: Cuchara, azúcar (o cualquier otro material sólido granulado), y dos cuencos o recipientes. 
Duración: Indefinida.
Procedimiento: 
Cuando el niño sea capaz de sujetar una cuchara por sí mismo durante cortos períodos de tiempo, comienza a enseñarle como se usa.
Coloca un cuenco con azúcar y otro vacío sobre la mesa delante de él.
Ponle la cuchara en su mano y refuerza su agarre con la tuya.
Moldéale para que la introduzca dentro del azocar realizándole movimientos muy lentos y exagerados de servir con cuchara.
Repite este movimiento inicial varias veces antes de intentar pasar el azúcar de un recipiente a otro.
Cuando sientas que comienza a hacerlo bien por sí mismo, ayúdale a pasar una cucharada llena de azúcar hasta el cuenco vacío.
Al principio los dos recipientes deberán estar pegados uno al otro, pero cuando comience a tener mayor habilidad desarrollando esta tarea, puedes alejarlos.
Comienza transfiriendo solo una o dos cucharadas por sesión, para después ir trabajando gradualmente hasta que pase todo el contenido de un tarro a otro.
Reduce tu ayuda, primero retirando tu mano hasta su muñeca, luego a su antebrazo y finalmente déjale el brazo libre.   

COGER MONEDAS
Edad: 1-2 años. 
Meta: Mejorar el control de la motricidad fina y perfeccionar la habilidad de sujetar y agarrar. 
Objetivo: Coger diez monedas y colocarlas en un bote. 
Materiales: Monedas y un bote de café o una tarrina de mantequilla con tapa de plástico. 
Duración: 25 minutos. Se puede extender.
Procedimiento: 
Corta una pequeña ranura en la tapa de plástico lo suficientemente grande como para poder introducir por ella monedas sin ninguna dificultad.
Comienza colocando dos monedas sobre la mesa delante del niño.
Dile “Mira”, y lentamente coge una de ellas con movimientos de pinzas de tus dedos índice y pulgar muy deliberados.
Balancea la moneda delante de su cara para captar su atención y luego introdúcela por la ranura. 
Coge su mano y moldéale sus dedos para que repita el procedimiento con la segunda moneda.
Recompénsale inmediatamente y permítele que abandone la mesa de trabajo durante unos momentos.
Repite el procedimiento frecuentemente, añadiendo gradualmente más monedas cuando llegue a tener más habilidad.
Coloca siempre sobre la mesa todas las monedas que vayas a utilizar por sesión de manera que él pueda saber perfectamente el número de veces que debe repetir la tarea hasta que esta concluya.
Recuérdale que debe ponerlas en el bote diciéndole “échala”, y señala la moneda y luego la ranura de la tapadera. 

ABRIR RECIPIENTES
Edad: 1-2 años.   
Meta: Perfeccionar el control de la motricidad, la fuerza manual y la coordinación de ambas manos. 
Objetivo: Abrir cuatro recipientes diferentes para conseguir una recompensa. 
Materiales: Caja  de zapatos, caja de cerillas grande (con tapa deslizante), un tarro de café con tapa de plástico, un joyero y chucherías. 
Duración: 10 a 15 minutos.
Procedimiento: 
Siéntate a la mesa, en el suelo, o en cualquier sitio que estéis a gusto juntos. 
Toma una de las cajas, capta su atención diciendo “mira!” y cruza por delante de su campo visual una chuchería.
Lentamente desplázala hasta la caja, colócala dentro y cierra la tapadera.
Asegúrate de que te está mirando a las manos y abre la caja despacio.
Sobreactúa con sorpresa y muéstrale la golosina de su interior. Vuelve a cerrarla y dásela.
Gesticula para él que lo abra. Si tratase de hacerlo y no lo consiguiese, ayúdale antes de que llegue a frustrarse, abriéndosela un poco.
Si no comprendiese que es lo que debe hacer, coge sus manos y moldéaselas hasta que abra el tarro.
Una vez que lo consiga, permítele que coja lo que tiene en su interior y deja la caja aparte, para repetir el mismo procedimiento con los otros tipos de recipientes.  
Lleva un control de los tarros que puede abrir fácilmente y con cuales puede tener dificultad. Si alguno le resultase especialmente problemático, reemplázalo por otro más simple. La idea es que practique el abrir recipientes con diferentes formatos.   

TOMA Y DAME, (JUEGO DE CONCESIONES MUTUAS)
Edad: 1-2 años.  
Meta: Perfeccionar el agarre y cesión de objetos y desarrollar las habilidades interactivas. 
Objetivo: Coger cuatro objetos de una caja y dárselos a otra persona; tomar cuatro objetos de una persona y colocarlos en una caja. 
Materiales: Dos cajas de tamaño medio, cuatro elementos de diferentes formas y medidas (por ejemplo bloque, abalorio, llave y peine). 
Duración: No asignada.
Procedimiento:
Siéntate a la mesa enfrente del niño y coloca las dos cajas juntas entre ambos.
Coloca los cuatro objetos en el interior de alguna de ellas.
Mete la mano en la caja, coge uno de los objetos, y sostenlo delante de él.
Dile “toma”, y muévelo para hacer que llame su atención. Si fuese necesario, toma su mano, ponle en ella el objeto y haz que la cierre sobre este. Luego dile “coloca” y señálale la caja vacía.
Lleva su mano hacia la caja, ayúdale a que suelte el objeto y recompénsalo inmediatamente.
Repite el procedimiento hasta que todas las cosas hayan sido pasadas de una caja a otra.
Repite la actividad reduciendo tu ayuda hasta que el niño sea capaz de coger los objetos desde tu mano y colocarlos en la caja adecuada.
Una vez que él sepa coger las cosas de tu mano, anímale a que sea el quien saque los objetos de la caja y sea quien te los entregue.
Señala uno de los objetos y dile “dame”, extendiendo tus manos mientras lo dices.
Si no actuase, continúa con una mano extendida mientras utilizas la otra para moldearle que coja el objeto y te lo coloque en tu mano abierta. Cuando lo haga, ponlo tú en la otra caja y dale su golosina.
Repite la actividad hasta que recoja todos los objetos y te los entregue para que los cambies de recipiente.
Cuando haya aprendido ambas actividades, cambia la rutina de manera que un día le trabajes el “dame” y  el siguiente “toma”. De esa manera tendrá que prestar más atención a las instrucciones que le demos para entender lo que tiene que hacer. 

PULSAR INTERRUPTORES
Edad: 1-2 años.   
Meta: Mejorar el control de la motricidad fina y desarrollar la habilidad de dirigir un dedo hacia un objetivo. 
Objetivo: Pulsar un botón sin ayuda de manera que se produzca una consecuencia deseada. 
Materiales: Cualquier juguete u objeto con el cual pulsando un botón se provoque un resultado interesante para el niño (por ejemplo una caja sorpresa, una caja de música, una caja registradora o un timbre). 
Duración: 30 minutos aproximadamente.
Procedimiento: 
Siéntate a la mesa con el niño y coloca el juguete delante suyo.
Capta su atención y demuéstrale cómo presionando el botón haces que funcione.
Levanta tu dedo índice delante de la cara del niño y lentamente ve desplazándolo hacia el botón de manera que  pueda ver la conexión entre la acción de tu dedo y el resultado.
Cuando presiones el interruptor, sonríe, toca las palmas y actúa excitadamente para demostrarle que la actividad es divertida.
Deja el juguete en su estado original, coge su mano guiando su dedo hasta el botón. Ayúdale a pulsarlo.
Repite la actividad varias veces, disminuyendo tu ayuda alejando tu mano primero hasta su muñeca, después hasta su codo y finalmente desde arriba del brazo.
Cuando pueda presionar el botón sin ayuda de ese objeto, cámbialo por otro pero de similares características y comprueba si presiona el interruptor sin tu ayuda después de que se lo indiques, señalándoselo con tu dedo.

QUITARSE LOS CALCETINES
Edad: 1-2 años.    
Meta: Destapar objetos agarrando y tirando de aquello que los tapa para desarrollar la habilidad necesaria a la hora e vestirse y desvestirse autónomamente. 
Objetivo: Destapar un recipiente, que hemos envuelto con un calcetín amplio, para poder conseguir una recompensa. 
Materiales: Un calcetín grande, botella o tarro de plástico irrompible y recompensas comestibles. 
Duración: No especificada.
Procedimiento:
Llama la atención del niño agitando delante de su campo de visión alguna de sus golosinas preferidas.
Luego introdúcela en una botella o tarro, pero no le pongas la tapadera. En su lugar colocaremos un calcetín de manera que cubra la abertura de manera muy holgada.
Toma la mano del niño y ayúdale a que sujete la punta del calcetín y tire de ella.
Luego ayúdale a sacar su recompensa fuera de la botella.
Repite la actividad varias veces, asegurándote cada una de ellas, de que el niño vea claramente como colocas lo que le gusta en el interior del recipiente. 
Disminuye tu nivel de ayuda hasta que pueda sujetar la punta del calcetín y tirar fuerte de el sin tu refuerzo.
Cuando aprenda a hacerlo por sí mismo, ve bajando gradualmente cada vez más el calcetín para que envuelva más el bote, de esa manera tendrá cada vez un poco de más dificultad a la hora de retirarlo.

PLEGAR PAPEL
Edad: 1-2 años.  
Meta: Perfeccionar la habilidad de motricidad fina aprendiendo a doblar papel. 
Objetivo: Doblar un folio de papel dos veces sin ayuda.  
Materiales: Folio de papel (20 x 30 aproximadamente). 
Duración: 15 a 20 minutos. Puede alargarse.
Procedimiento:
Permanece detrás del niño mientras está sentado a la mesa y demuéstrale cómo se dobla un folio.
Hazlo con movimientos deliberadamente pausados.
Después de tu demostración, toma otro papel y suavemente moldea sus manos para que doble el folio por la mitad.
Repite la actividad varias veces. No te preocupes si no lo dobla correctamente.
Pon cada folio que uséis aparte en un montón de tareas terminadas.
Gradualmente, reduce el control de tus manos hasta que pueda doblar el papel por sí mismo.
Cuando pueda doblarlo una vez sin ayuda, haz que complete un segundo pliegue.
Siéntate a su lado y dale un papel y coge otro para ti.
Dobla el tuyo una vez y haz que el niño haga lo mismo, pero en lugar de ponerlo después en el montón de acabados, dile “mira...otra vez”, y vuelve a plegar tu folio una vez más.
Ayúdale solo si se sintiese confuso.

COMENZANDO A COLOREAR
Edad: 1-2 años.   
Meta: Desarrollar la habilidad primaria de dibujar.  
Objetivo: Sujetar un lápiz de papel o cera y hacer uno o dos trazos aleatoriamente en un papel. 
Materiales: Dos rotuladores grandes, papel y una caja pequeña.
Duración: Indefinida. 
Procedimiento:
Siéntate al lado del niño en la mesa de trabajo con los colores, el papel y la caja delante de él.
Coge un folio y un rotulador y garabatea aleatoriamente dos o tres trazos o  rotulador con su puño cerrado.
Coloca tu mano sobre la suya para moldearle y pueda pintar algo por unos segundos o  la caja.
Repite el procedimiento con el segundo color.
Reduce tu ayuda progresivamente hasta que sea capaz de sujetar el rotulador y garabatear algo por sí mismo.
Anímale para que pinte por periodos más largos de tiempo, pero dándole únicamente unos pocos colores, de manera que pueda ver cuántas veces tiene que desarrollar esta tarea.

POMPAS
Edad: 2-3 años.   
Meta: Perfeccionar el control de la motricidad fina y la habilidad de agarrar. 
Objetivo: Desenroscar la tapadera de un bote de pompas y usar el pompero correctamente. 
Materiales: Un bote de pompas (que tenga varilla y tapa de rosca). 
Duración: 15 minutos o más.
Procedimiento: 
Asegúrate de que la tapadera del bote de pompas abre de forma suave y colócalo sobre la mesa delante del niño.
Capta su atención y demuéstrale cómo desenroscas y quitas la tapa.
Luego coge la varilla y sopla para que salgan pompas y agita la varilla. o Vuelve a introducirla en el pompero y enróscalo suavemente.
Toma la mano del niño y ayúdale a abrirlo. Haz que sujete la varilla e indícale que haga pompas.
Después de unos segundos vuelve a cerrarlo enroscando la tapadera.
Deja el bote delante del niño y gesticúlale para que lo abra. Pantomima los movimientos exagerándolos y si es necesario, coloca sus manos correctamente sobre el bote.
Continúa con movimientos mímicos cuando estés seguro de que está mirando tus manos.
Sigue con esta actividad hasta que pueda abrir desenroscando el pompero por sí mismo sin ayuda.
Al principio será normal que lo derrame hasta que aprenda a controlar sus manos, el bote y la varilla.

DESENROSCAR TAPADERAS
Edad: 1-2 años.   
Meta: Perfeccionar el control de la motricidad fina, la coordinación de las dos manos, la fuerza manual y la rotación de las muñecas. 
Objetivo: Desenroscar la tapadera de un tarro pequeño sin ayuda. 
Materiales: Tres botes de tapadera desenroscable y golosinas. 
Duración: No definida.
Procedimiento:
Coloca los tres botes sobre la mesa delante del niño.
Agita una golosina que le guste a través de su campo de visión.
Cuando captes su atención, desenrosca la tapadera de alguno de los botes y coloca la recompensa dentro. Lentamente enróscala de nuevo.
Sujeta el tarro y gesticula para el niño que lo abres haciendo exageradamente la mímica de tus manos.
Luego coloca sus manos sobre el bote de la manera correcta y ayúdale a desenroscar la tapa para conseguir su premio.
Repite el procedimiento  con los otros recipientes.
Reduce tu ayuda hasta que pueda abrir los tres por sí mismos.
Recuerda que debes comprobar cada vez que las tapaderas no estén enroscadas demasiado fuertes.

EJERCICIOS DE DEDOS
Edad: 2-3 años.  
Meta: Perfeccionar el control de los dedos. 
Objetivo: Realizar movimientos sencillos con los dedos sin ayuda. 
Materiales: Ninguno 
Duración: 15 a 25 minutos aproximadamente.
Procedimiento: 
Muéstrale al niño cómo realizas movimientos simples con tus dedos y luego haz que te imite (por ejemplo, toca cada uno de los dedos de la mano derecha con el pulgar izquierdo y los demás sucesivamente).
Indícale cómo debería imitar tus movimientos.
Si realiza algún movimiento para copiarte, utiliza tu mano para mover sus dedos del modo adecuado.
 Prémialo inmediatamente.
Otros posibles movimientos serían:
 Mover el pulgar con el puño cerrado.
 Mover todos los dedos con las palmas hacia arriba.
 Mover cada dedo individualmente con las palmas hacia arriba 
Repite la actividad usando algún otro movimiento sencillo de dedos de manera que llegue a controlar sus dedos juntos e individualmente.

TIRAR DE LA CUERDA
Edad: 2-3 años. 
Meta: Perfeccionar el agarre y el control de la motricidad fina. 
Objetivo: Tirar de la cuerda de algún juguete o cualquier animalito de peluche para hacerlo sonar. 
Materiales: Muñeca o peluche que hable o haga algún sonido cuando se le tire de la cuerda. 
Duración: No asignada.
 Procedimiento:
Muéstrale al niño el juguete o el animal de peluche y dile “mira”.
Asegúrate de que te esté mirando y muéstrale cómo al tirar del cordel se hace hablar al muñeco. 
Cuando pare, dale el juguete para que lo sostenga en una mano y guíale la otra para que tire de la cuerda.
Recompénsalo inmediatamente por hacerlo de la manera adecuada.
Dale otro juguete y anímalo a que tire de la cuerda por sí mismo. Muéstrale donde está y realiza mímicamente el movimiento de tirar. 
Ayúdale solo si se encontrase confuso.
Finalmente, enséñale a sujetar el juguete y tirar sin necesidad de ayuda, de esta forma usará ambas manos en un esfuerzo cooperativo.

EJERCICIOS MANUALES
Edad: 2-3 años.  
Meta: Mejorar la fuerza manual. 
Objetivo: Apretar una esponja y una pelota suave cinco veces con cada mano. 
Materiales: Esponja y pelota de goma suave. 
Duración: 30 minutos. Puede prolongarse.
Procedimiento:
Ponte de pie a la derecha del niño con tu mano derecha delante tuya y las palmas hacia arriba.
Con tu mano izquierda coge su mano derecha y sujétala delante suya de la misma manera que tienes la tuya.
Dile “cerrar” y lentamente ciérrasela sobre su puño.
Luego dile “abrir” y pónsela de nuevo en la posición original.
Repite el procedimiento, usando esta vez tu mano izquierda para moverle sus dedos. Recuerda que debes usar los comandos “abrir” y “cerrar” cada vez.
Repite la actividad hasta que pueda abrir y cerrar su puño derecho cinco veces cumpliendo órdenes verbales.
Cuando lo consiga, ponte al otro lado y usa tu mano derecha y ayúdale a mover su mano izquierda.
Una vez pueda abrir y cerrar su puño cinco veces sin ayuda, colócale una esponja suave y repite el procedimiento.
Haz que apriete la esponja al menos cinco veces con cada mano.
Finalmente, reemplaza la esponja por una pelota suave y continua el procedimiento. Recuerda que debes decir “abrir” y “cerrar” cada vez y  continuar moviendo tu mano para que tenga un modelo a imitar.

PINZAS
Edad: 2-3 años.  
Meta: Perfeccionar el control de la motricidad fina y la fuerza manual. 
Objetivo: Sujetar seis pinzas en los laterales de una pequeña caja de cartón. 
Materiales: Seis pinzas de plástico de poco peso y una caja de cartón. 
Duración: 15 a 25 minutos aproximadamente.
Procedimiento: 
Antes de iniciar la actividad, inspecciona las pinzas para asegurarte de que ninguna esté demasiado rígida y se abra fácilmente.
Sujeta la pinza delante de la cara del niño y demuéstrale cómo se aprieta la punta para abrir y cerrarlas.
Luego dile “mira” y coloca una pinza en el lateral de la caja de zapatos.
Pon una de las pinzas en su mano y usa tu mano para ayudarle a abrirla.
Moldéalo para que la ponga en uno de los bordes de la caja. Prémialo y dale otra pinza.
Gradualmente ve reduciendo la presión de tu mano hasta que realice el trabajo por sí mismo. 
Cuando lo haga sin ayuda, coloca seis pinzas delante de él y haz que las coloque todas en los laterales de la caja.
Seguidamente haz que las quite y las coloque en el interior, recompensándolo cada vez que complete correctamente la tarea.

SEGUIR TRAZOS CON LOS DEDOS
Edad: 3-4 años.   
Meta: Perfeccionar el control de manos y dedos. 
Objetivo: Trazar la silueta exterior de formas, suave y lentamente, usando un dedo. 
Materiales: Elementos caseros de uso común (por ejemplo una pelota, una mesa y un libro). 
Duración: No especificada.
Procedimiento: 
Sujeta el dedo índice del niño, para suave y lentamente recorrer las siluetas de una serie de objetos tales como un libro, una mesa y una pelota.
 Ve hablándole mientras guías su dedo suave y tranquilamente. o Reduce progresivamente la presión que ejerces sobre su mano para comprobar si continua por sí mismo delimitando las formas. Anímalo verbalmente para que lo siga moviendo.
Si comienza a mover las manos compulsivamente, tranquilízalo a ser posible verbalmente, o físicamente si fuese necesario.
Cuando se acostumbre a las sensaciones táctiles del primer objeto, cámbialo para exponerlo a otras texturas. Por ejemplo, podrías trazar el contorno de un peluche, de algún material áspero y finalmente un plato liso.

CORTAR CON TIJERAS
Edad: 4-5 años.  
Meta: Perfeccionar el control de la motricidad fina y aprender a usar las tijeras. 
Objetivo: Cortar aleatoriamente tiras de un papel. 
Materiales: Papel y tijeras.
Duración: 15 a 25  minutos.
Procedimiento: 
Antes de comenzar con esta actividad, corta un folio en tiras de unos 25 milímetros aproximadamente, para que el niño sea capaz de cortar de un solo movimiento el grueso total del papel sin problemas.
Coloca delante del niño las tijeras y tres tiras de papel.
Consigue llamar su atención y coge las tijeras, sujetándolas de la manera correcta para su uso con tu mano, delante del campo visual del niño.
Entonces coge una tira de papel y dale un corte.
Toma su mano y ponle las tijeras en ella apropiadamente, utilizando tu mano para reforzar su agarre y el control de sus movimientos.
Con la otra mano haz que sujete una de las tiras de papel.
Moldéale su mano para realizar el movimiento de abrir y cerrar las tijeras varias veces diciéndole “cortar”, cada vez que las tijeras se cierren.
Ayúdale a cortar cada una de las tiras.
Cuando sientas que comienza a realizar los movimientos, disminuye tu ayuda, sin preocuparte que no corte el ancho de la tira en su totalidad.
Insístele para que corte una vez en cada tira y luego sigue con otra nueva. De esa manera le harás saber cuántos cortes debe dar cada vez que realice esta tarea y será menos probable que llegue a frustrarse.
    
MOTRICIDAD
GRUESA 

ACTIVIDADES QUE FAVORECEN LA MOTRICIDAD GRUESA

PALMAS PALMITAS
Edad: 0-1 años.    
Meta: Incrementar la coordinación de los movimientos laterales. 
Objetivo: Tocar las palmas.
Materiales: Ninguno.
Duración: 10 a 15 minutos.
Procedimiento:
Sienta al niño en tu regazo mirándote.
Da palmadas con tus manos lentamente, mientras cantas una melodía sencilla y di llevando el ritmo “palmas, palmitas que viene”… y el nombre del niño. Entonces le haces cosquillas suavemente para que se divierta.
Ahora le coges sus manos y repites la canción, mientras le ayudas a dar palmaditas con sus manos. Repite las cosquillas.
Mientras se acostumbra al juego, se cambia gradualmente la ayuda desde las manos a las muñecas, luego a sujetar suavemente el antebrazo y finalmente a tocarle solamente las manos para indicarle que debería empezar a tocar las palmas.

INCORPORARSE SIN AYUDA
Edad: 0-1 años. 
Meta: Lograr incorporarse sin ayuda. 
Objetivo: Rodar hacia los lados e incorporarse con los brazos. 
Materiales: Ninguno. 
Duración: Indeterminada.
Procedimiento:  
Cada vez que vayas a jugar con el niño, o moverlo a cualquier parte de la casa, practica esta rutina de incorporarse con él, en lugar de levantarlo simplemente.
Cuando él se tumbe de espaldas, coloca su brazo derecho en su costado; entonces sujeta su brazo izquierdo por encima del codo y suavemente ladéalo hasta que su peso corporal esté en su codo y mano derechos.
Mientras continúa tirando ascendentemente, ayúdalo empujando su codo derecho para que quede empujándose hacia arriba con su mano derecha extendida en el suelo.
Cuando se acostumbre a esa rutina, gradualmente dale menos ayuda para sostenerse y espera a que él comience a empujarse por sí mismo sin tu ayuda. 
Finalmente, solo tira de su mano  izquierda para ayudarlo a mantener el equilibrio  cuando complete el movimiento.
Si haces esto cada vez que  tengas que levantarlo, él aprenderá esta rutina y comenzará a anticipar los movimientos.

ESTIRARSE PARA COGER UN OBJETO
Edad: 0-1 años.  
Meta: Mejorar la capacidad de atender sus necesidades sin ayuda. 
Objetivo: Alcanzar y agarrar objetos por encima del nivel de sus ojos. 
Materiales: Cuerda, chismes pequeños, animales o cualquier juguete. 
Duración: 15 a 20 minutos. Pude prolongarse.
Procedimiento:  
Cuelga un juguete pequeño de colorines por encima de una puerta o de una lámpara. 
Asegúrate de que el objeto esté a una altura donde el niño lo alcance fácilmente  pero estirándose. 
Dile “toca el juguete” y recompénsalo cada vez que llegue a tocar el objeto que tiene sobre su cabeza. 
Cuando haya aprendido a estirarse sobre si, pon el juguete en el remete contrario de la puerta. Asegúrate de que puede ver el animal y dile” coge el juguete”. 
Cuando alcance el objeto, alágalo y déjale jugar con él unos minutos.
Repite el proceso varias veces, pero recuerda que después de cada actividad, (ninguna cosa de encima de las estanterías o mesas estará segura). 
Ten cuidado de  que cualquier objeto pesado o frágil, así como cualquier objeto o sustancia peligrosos, quedan fuera de su alcance.  

JUGAR A LA PELOTA
Edad: 1-2 años. 
Meta: Desarrollar  destreza en los movimientos de los brazos y la interacción social  adecuada.
Objetivo: Jugar a  coger la pelota con otra persona. 
Materiales: Una pelota de plástico suave o caucho de tamaño mediano. 
Duración: Indeterminado.
Procedimiento:  
Pon al niño frente a ti, mirándote a un paso de distancia. Sostén sus manos delante suya, con las palmas hacia arriba y dale la pelota. Mantén tus manos en la misma posición y  dile “dame la pelota… (Nombre del niño)”, o moldéale sus manos para que te dé la pelota.
Si él no responde, repite las palabras o los gestos, y llévate la pelota hacia ti. Alágalo inmediatamente incluso si has tenido que agarrar tú la pelota. 
Repite el procedimiento hasta que aprenda a darte la pelota. Muévete otro paso hacia atrás y tira la pelota hacia él suavemente por debajo de los brazos. No te preocupes si al principio él no agarra la pelota. Simplemente, recupérala y vuelve a la posición del niño sujetando la pelota. 
Dile “dame la pelota”, o hazle un gesto para que él te la tire hacia ti. Si se sintiera confuso por el aumento de la distancia entre ambos, represéntale mímicamente la acción de tirar la pelota. 
Continúa tirándole la pelota incluso si él solo se dispone a recibirla, hasta que aprenda a tirártela. Prémialo cuando te la dé correctamente. Si él la recoge, sé supergeneroso con tus elogios y hazle saber que ha logrado algo  especial.


SUBIENDO Y PASANDO POR ENCIMA DE OBSTÁCULOS SIMPLES
Edad: 1-2 años. 
Meta: Mejorar la coordinación y seguridad de las habilidades de motricidad gruesa. 
Objetivo: Subir y cruzar una serie de  pequeños obstáculos. 
Materiales: Cajas de zapatos, taburetes, diccionarios grandes, cartones de leche… 
Duración: 20 a 30 minutos. Puede extenderse.
Procedimiento:  
Ordena una serie de cajas de leche y de zapatos por el suelo.   
Muestra al niño cómo pasar por cada obstáculo, usando movimientos exagerados. 
Entonces ayúdalo a cruzar los mismos objetos pero elevándolo ligeramente. 
Repite la palabra “salta” cada vez que él sube sobre una de las cajas o cartones. 
Repite el procedimiento muchas veces hasta que aprenda a saltarlos sin tu ayuda. 
Cuando ya pueda pasar por encima de las cajas, ayúdalo a subir a un taburete pequeño o a un diccionario voluminoso. 
Demuéstrale cómo subirse primero con un pie y luego el otro. 
Luego ponte en el taburete o diccionario y di “sube”, y ayúdale a imitar tu acción. 
Repite la actividad varias veces hasta que pueda permanecer de pie sobre un taburete sin tu ayuda. 
No esperes que responda correctamente sólo con escuchar la orden de “sube” o “salta”. Señala siempre  encima del objeto cuando quieras que se suba sobre algo.

RECORRIDO DE OBSTÁCULOS SIMPLES
Edad: 1-2 años.
Meta: Mejorar la coordinación y el equilibrio, y desarrollar la habilidad de seguir un itinerario visual.
Objetivo: Seguir una ruta mezclando alternando movimientos de por debajo, por arriba, y alrededor de un serie de obstáculos simples.  
Materiales: Muebles y cuerda.
Duración: 15 a 20 minutos.
Procedimiento:  
Coloca un trozo de cuerda  o lazo, (de colores  si es posible), alrededor de la habitación de manera que vaya rodeando sillas, por debajo de la mesa, sobre los taburetes, etc. 
Llama la atención del niño y pon una recompensa al final de la cuerda.
Comienza por el otro extremo, llevándolo a través del recorrido.
Continúa señalándole la cuerda y al final, dale su premio. 
Después de recorrer con él varias veces el itinerario, intenta que lo complete el solo. 
Permanece junto a él y  si se sintiese confuso, redirige su atención hacia el cordel. Recuerda ponerle obstáculos extremadamente simples al principio.

RECOGIENDO JUGUETES DEL SUELO
Edad: 0-1 años. 
Meta: Mejorar el equilibrio. 
Objetivo: Recoger objetos del suelo sin perder el equilibrio. 
Materiales: Animales de juguete, cuadernos, pelotas, cajas pequeñas, etc.
Duración: No determinada.   
Procedimiento: 
Coloca un juguete en el centro del suelo, lejos de muebles y peligros potenciales. 
Lleva al niño al juguete y muéstrale cómo doblarse para recogerlo.
Entonces ponlo de nuevo en el suelo e indícale debería agacharse para recogerlo. Sujétalo continuamente si fuese necesario y guíalo a inclinarse sobre la cintura para recoger el juguete. 
Recompénsalo permitiéndole jugar con el animal unos minutos. 
Repite el procedimiento varias veces hasta que pueda agacharse sin ayuda y sin perder el equilibrio. 
Cuando el niño esté seguro de su equilibrio mientras recoge el juguete, esparce un buen  número de pequeños objetos alrededor de la habitación. 
Empieza por 2-3 bloques y pelotas y colócalos a simple vista  mientras él te esté mirando. 
Coge una caja pequeña y camina con el niño hacia cada objeto del suelo. 
Haz que recoja  cada bloque y pelota y los ponga dentro de la caja.
Refuérzale lo bien que lo ha hecho cuando todas las cosas estén en la caja.

BLOQUES GRANDES
Edad: 1-2 años. 
Meta: Mejorar la habilidad de caminar mientras carga con objetos. 
Objetivo: Recoger, cargar y apilar cuatro bloques grandes.
Materiales: Cuatro cajas de zapatos y papel de colores.  
Duración: 25 a 30 minutos aproximadamente.
Procedimiento:
Transforma las cajas de zapatos en grandes bloques de construcciones pero rellenándolos con periódicos arrugados y precintando las tapas. Luego envuelve cada caja con papel de colores. 
Esparce los bloques alrededor del suelo, asegurándote de que están todos a simple vista. 
Dirige la atención del niño a uno de ellos u dile “coge el bloque”. 
Haz que lo recoja y te lo entregue. Ayúdalo solo cuando lo necesite. Repite el procedimiento hasta que los haya recogido todos. 
Muéstrale como apilar los bloques pero apilando los dos primeros tú mismo. Luego señálale el tercero y dile “ponlo aquí “apuntando arriba de la construcción. Ayúdalo si él lo necesita. 
Cuando todos los bloques estén apilados en una torre, permítele darle una patada para derribarlos y comenzar otra vez.

SUBIENDO ESCALONES
Edad: 1- 2 años. 
Meta: Mejorar  el equilibrio, coordinación y habilidad de moverse independientemente. 
Objetivo: Subir escalones con los dos pies en cada peldaño. 
Materiales: Peldaño, lápices y cuerdas.
 Duración: indeterminada.
Procedimiento:  
Cuando el niño pueda subir en taburetes con firmeza, comienza a trabajar con los peldaños. 
Colócate junto a  él, y sujeta sus manos firmemente. Dile: “sube”o “arriba”, y pon tu pie derecho en el primer escalón. Señala su pie derecho y luego señala el primer escalón. Mueve su pie si es necesario.
Entonces dile: “sube”, otra vez, sube tu pie izquierdo al primer peldaño.
Repite “sube” dándole un pequeño empujón ascendente hasta que eleve su pie izquierdo. Alábalo  y repite el procedimiento. 
Cuando pueda subir tres escalones sujetándote la mano y sin que tengas que moverle sus pies, repite la actividad pero permitiéndole que sujete sólo uno de tus dedos. 
Cuando mejore su habilidad subiendo y aumente su confianza, dale para que sujete el extremo de un lápiz mientras tú sostienes el otro.
Después, reemplaza el lápiz por un trozo de lazo o cuerda. Y finalmente, camina simplemente a su lado para hacerlo sentirse bien.

RODANDO UNA PELOTA
Edad: 1 - 2 años 
Meta: Seguir un objeto visualmente, controlarlo manualmente y dirigirlo de nuevo hacia un objeto. 
Objetivo: Coger una pelota rodando y luego hacerla volver sin ayuda. 
Materiales: Una pelota.
Duración: 20 minutos o más.
Procedimiento:  
Siéntate en el suelo con el niño situado a unos noventa centímetros  de distancia. 
Dile “mira... (y su nombre)”,  y suavemente rueda la pelota hacia él. Si él pierde el control de la pelota, moldéale la mano para que la ruede de nuevo hacia ti. 
Al principio, probablemente necesitarás una tercera persona sentada detrás de él, para guiar sus manos. 
Cuando el niño empiece a captar la idea de que debe coger la pelota cuando ruede hasta él, comienza a rodarla desde diferentes direcciones y apunta hacia su lado izquierdo y derecho, de manera que tenga que seguir la pelota visualmente y luego recogerla desde cualquiera de los dos lados.


RODANDO UNA PELOTA
Edad: 1-2 años 
Meta: Fomentar el desarrollo de la musculatura de los brazos y aprender a rodar una pelota. 
Objetivo: Rodar una pelota contra una pared y recogerla correctamente sin ayuda. 
Materiales: Una pelota grande.
Duración: Indeterminada. 
Procedimiento:  
Siéntate en el suelo a unos sesenta centímetros de la pared. Pon al niño delante de ti mirando también hacia la pared. 
Puede ser necesario que al principio tengas que usar tus piernas para impedir que se vaya gateando. 
Pasa la pelota a través de su campo de visión, y ruédala suavemente hacia la pared. Cógela cuando rebote. 
Ahora pónsela al niño en sus manos y ayúdalo a rodarla hacia la pared de nuevo. 
Ayúdalo también a recogerla cuando retroceda. 
Reduce gradualmente tu ayuda, hasta que pueda rodarla sin ayuda, mirar hacia dónde se dirige y recogerla.  

CAMINANDO SIN AYUDA
Edad: 0-1 años. 
Meta: Mejorar el equilibrio y desarrollar con seguridad las habilidades de motricidad gruesa. 
Objetivo: Caminar unos seis metros sin ayuda. 
Materiales: Un palo de un metro de largo y cuerda. 
Duración: 30 minutos aproximadamente.
Procedimiento: 
Diseña un itinerario en un área libre de cualquier obstáculo. Coloca dos trozos de cuerda o cinta adhesiva indicando el punto de salida y llegada. 
Comienza con ambas líneas a un metro y medio de separación; gradualmente ve alargando el recorrido, cuando la destreza del niño aumente. 
Coloca un estímulo, quizás su juguete favorito o una galleta, al final para que sepa exactamente hasta dónde debe llegar. Colócalo en la salida y ayúdalo a llegar hasta el final, sujetándole ambas manos. 
Si no tratase de mover sus pies, elévaselos justo como si fuese a subir unos escalones. 
Permítele parar y descansar si lo necesita, pero manteniéndolo de pie para fortalecer sus piernas.  
Cuando consiga recorrerlo con mayor seguridad, permítele que se sujete en una sola de tus manos.
Cuando pueda caminar unos tres metros así, haz que se sujete al extremo de un palo, mientras tú  pones tus manos sobre las suyas;  continúa caminando de ese modo mientras gradualmente vas alejando tus manos una distancia considerable. 
Cuando pueda recorrer seis metros sujetando el extremo del palo mientras tú agarras  el otro, cambia el palo por una cuerda de medio metro, y repite el procedimiento.
Cuando haya todo el itinerario sujeto al pico de cuerda, anímalo a intentarlo sin ningún tipo de ayuda a la que aferrarse. Al principio necesitará que estés pegado a él, pero ve intentando separarte mientras camina.

CAMINAR DE LADO Y HACIA ATRÁS
Edad: 1-2 años. 
Meta: Mejorar el equilibrio y aprender varias formas de caminar.  
Objetivo: Caminar de lado y hacia atrás mientras conserva el equilibrio. 
Materiales: Juguetes de arrastre o cualquier juguete atado con cuerda.
Duración: No determinada.
Procedimiento:  
Pon la cuerda en la mano del niño y ciérrale su mano con la tuya. 
Comienza a caminar de manera que el juguete, irá arrastrando.
Dirige su atención hacia el juguete, para que tenga que girar su cabeza para verlo, mientras que seguís caminando. 
Cuando se sienta bien caminando de lado,  gíralo cara al juguete y permanece detrás de él. Entonces los dos a la vez, caminan hacia atrás sin perder de vista el objeto. Si no muestra mucho interés  por él, prueba con otro juguete o haz algún ruido que le vaya bien (por ejemplo: chuuu-chuuu, mientras tiras de un tren), para incrementar su atención. 
Cuando el niño pueda avanzar fácilmente mientras mira al juguete, haz que lo lleve alrededor de muebles, para que se acostumbre a poner atención tanto a lo que tiene delante, como a lo que tiene a su espalda.


CALISTENIA (EJERCICIOS DE GIMNASIA): TOCAR LOS DEDOS DE LOS PIES.
Edad: 1-2 años. 
Meta: Mejorar la flexibilidad y en general la condición física. 
Objetivo: Tocarse los dedos de los pies diez veces. 
Materiales: Ninguno. 
Procedimiento:  
Permanece de pie junto al niño, con los brazos rectos delante tuya y las palmas hacia abajo mirando al suelo. 
Ayúdale a colocarse en la misma postura. Indícale que te imite y lentamente curva la cintura hasta que tus brazos apunten hacia abajo.
Entonces tócate las rodillas con las manos. Si el niño tiene dificultad para imitarte, debería ser ayudado por una tercera persona que permaneciera detrás de él, moldeándole la postura correcta mientras tú le sirves de modelo. 
Progresivamente iros estirando hacia abajo hasta que podáis tocaros los dedos de los pies, sin doblar demasiado las rodillas.

ABRIR ARMARIOS Y CAJONES
Edad: 1-2 años. 
Meta: Mejorar la habilidad de atender sus propias necesidades y desarrollar fuerza en brazos y piernas. 
Objetivo: Abrir cajones y roperos sin ayuda. 
Materiales: Juguetes pequeños, roperos y cajones. 
Duración: 15 a 20 minutos.
Procedimiento:  
Asegúrate de que el niño te esté mirando y esconde su  juguete favorito o unas chucherias dentro de un armario. 
Lentamente abre la puerta del ropero y muéstrasela.  o Cierra la puerta de nuevo.  
Coge la mano del niño ponla en el pomo de la puerta, y ayúdalo a abrirla. 
Muéstrale el juguete y permítele jugar con él unos minutos. 
Repite el procedimiento varias veces, reduciendo progresivamente la ayuda, hasta que pueda abrir solo la puerta. 
Repite el mismo procedimiento para enseñarle a abrir los cajones.
Asegúrate de que el ropero, los cajones o cualquier cosa con la que estéis practicando, abra suave y fácilmente para que no llegue a frustrarse. 
Después de trabajar en esta actividad, recuerda que debes guardar todos los objetos y sustancias peligrosas en cajones y muebles fuera de su alcance.


MANTENERSE EN UN SOLO PIÉ  
Edad: 1-2 años. 
Meta: Mejorar el equilibrio. 
Objetivo: Mantenerse derecho en un solo pie unos cinco segundos sin ayuda y sin perder el equilibrio. 
Materiales: Dos sillas y un palo de un metro de largo 
Duración: 25 a 35 minutos.
Procedimiento: 
Coloca dos sillas juntas en un área libre de otros objetos. Permanece mirando al niño mientras os apoyáis en las sillas. 
Asegúrate de que te está mirando y lentamente eleva uno de tus pies del suelo. 
Indícale que haga lo mismo. 
Si no te imita, levántale uno de los pies del suelo, pero estando totalmente seguro de que se está apoyando en la silla. 
Si es posible, haz que otra persona le ayude a hacerlo mientras tú sigues en la posición a imitar. 
Repite el procedimiento varias veces hasta que el niño pueda permanecer en un pie unos cinco segundos mientras se sujeta a la silla.
Retírale la silla y hazle permanecer sobre un pie sujeto por tus manos.
Cuando se sienta bien así,  haz que se agarre al extremo de un palo, mientras tú lo sujetas con las manos próximas a las suyas.
Gradualmente ve retirando las manos un poco mientras mantienes el palo estable. 
Cuando consiga mantenerse cinco segundos sujetando sólo el extremo del palo mientras tú agarras el otro, quítaselo y hazlo permanecer en un solo pie sin ningún otro apoyo.

DAR PATADAS A UN BALÓN
Edad: 2-3 años 
Meta: Mejorar la coordinación oculo-pie y aprender a chutar un balón grande. 
Objetivo: Chutar una pelota grande hacia otra persona.
Materiales: Dos sillas y una pelota grande. 
Duración: 20 minutos.
Procedimiento:  
Alinea dos sillas cerca de una pared y utiliza cajas o cualquier otro elemento disponible para cerrar por la otra parte, creando un área independiente en la cual podáis chutar una pelota de atrás para delante y  recogerla al rebotar sin moveros del sitio. 
Haz que el niño se siente en una silla y tú en la otra. 
Suavemente rueda la pelota hacia él con tu pie. 
Repite la acción si es necesario y entonces anímalo para que patee el balón hacia ti. 
Si tuviese problemas para entender lo que debe hacer, comienza poniendo la pelota en sus pies y moldéale la pierna para que le dé una patada a la pelota. 
Prémialo inmediatamente y estimúlalo a que lo haga de nuevo. Intente que consiga tirarte el balón suavemente y que luego lo controle cuando tú le devuelvas el balón a él.


MANTENERSE DE PUNTILLAS
Edad: 2-3 años 
Meta: Mejorar la fuerza de las piernas y el equilibrio. 
Objetivo: Guardar el equilibrio de puntillas durante diez períodos de tres segundos cada uno. 
Materiales: Ninguno. 
Duración: No establecida.
Procedimiento:  
Permanecer de pie mirándoos y dile “mira... y su nombre”. 
Lentamente, elévate sobre tus dedos de los pies manteniendo la posición unos segundos y después lentamente, vuelve a ponerlos en el suelo. 
Repite el movimiento, pero esta vez señálale tus pies cuando digas “mira”. Coge al niño por los brazos, y cuando tú te estés poniendo de puntillas, elévaselos suavemente hasta que él también se sostenga sobre los dedos de los pies. 
Repite varias veces hasta que comience a hacerlo por sí mismo.
Entonces gradualmente reduce tu ayuda, hasta que consiga realizar la actividad sin ningún apoyo en ti. 
Lleva la cuenta de cuántas veces se pone de puntillas hasta que pueda hacerlo diez veces sin descansar.


CALISTENIA (EJERCICIOS DE GIMNASIA): SALTAR
Edad: 2-3 años 
Meta: Mejorar la fuerza de las piernas, la coordinación y la condición física. 
Objetivo: Saltar y tocar un objeto suspendido unas diez veces. 
Materiales: Cuerda y esponja.
Duración: 15 a 20 minutos. Puede prolongarse. 
Procedimiento:  
Ponte cara al niño y muéstrale como saltar recto hacia el aire. 
Indícale como imitarte mientras continúas saltando varias veces. 
Si no intenta saltar, cógelo por debajo de los brazos y elévalo suavemente cuando saltes. 
Cuando sientas que comienza a impulsarse un poco mientras tú lo subes, reduce gradualmente la ayuda hasta que consiga saltar por sí solo. 
Cuelga una esponja, o algún objeto de colores vivos, de una altura  donde él puede tocarlo fácilmente cuando salte. 
Muéstrale como saltas y tocas la esponja, e intenta que te imite. 
Alábalo cada vez que toque el objeto suspendido. 
Cuenta las veces que toca la esponja antes de cansarse o aburrirse.
Cuando lo toque diez veces seguidas, aumenta progresivamente la altura, pero estando seguros de que permanece  todavía dentro de su alcance.


BOLOS
Edad: 2-3 años. 
Meta: Incrementar la fuerza de sus brazos y mejorar la precisión de los movimientos hacia un objeto. 
Objetivo: Rodar correctamente una pelota grande, desde una distancia aproximada de tres - seis metros.  
Materiales: Pelota grande y cartones de leche vacíos. 
Duración: Indefinida.
Procedimiento: 
Coloca seis cartones de leche en una composición “3-2-1” y traza una línea, a unos tres metros de ellos. 
Muéstrale al niño cómo rodar la pelota para derribar los cartones, pero permaneciendo detrás de la línea. 
Recompón los cartones y ayúdalo a que ruede la bola. 
Alágalo cuando derribe alguno. Ve apuntando cuántos bolos derriba en cada tirada. 
Cuando el juego se vuelva más fácil para él, Incrementa progresivamente la distancia entre la línea de tirada y los bolos.
También cuando llegue a acostumbrarse al juego, se puede incorporar la idea de esperar turnos. 
Haz trazos simples en un trozo de papel, para que el niño pueda ver cuántos bolos derriba y cuántos tiras tú. 
Haz que disfrute del juego sin permitir que se convierta en una competición.


CONCLUSIÓN

La motricidad es fundamental en la vida de las personas y debe empezar a estimularse en los niños y niñas desde una edad temprana.

Las actividades motoras (finas y gruesas) mencionadas con anterioridad son para favorecer el dominio del movimiento corporal para facilitar la relación y comunicación que el niño va a establecer con los demás, con el mundo y con los objetos.

El desarrollo motor ocupa un lugar importante en la educación infantil ya que está totalmente relacionada con el desarrollo motor, intelectual y afectivo del niño. Por ello es fundamental trabajarla con los niños y niñas en la primera infancia, siendo esta la etapa más significativa en la formación del individuo pues en ella se forman los cimientos de la personalidad integral de éstos.
A través de las actividades matices se pretende que los niños y las niñas, al tiempo que se divierten, también desarrollen y perfeccionen todas sus habilidades motrices. Además, que potencie la socialización con personas de su misma edad y fomente la creatividad, la concentración, la relajación, etc.
El fundamento práctico de la motricidad, es el juego, el cual es más que una simple diversión, es la manera propia del niño para expresar sus sentimientos, de descubrir el mundo, de interactuar con su cuerpo, sus iguales y con los objetos. A través de él, podrá interpretar el mundo y consolidar sus aprendizajes.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Navarro Adelantado, Vicente (2002), “El concepto juego motor” y “Los tipos de juegos motores y su aplicación. Los campos de conocimiento y práctica de los juegos motores”, en El afán de jugar. Teoría y práctica de los juegos motores, Barcelona, INDE, pp. 140-142 y 185-189.
Omeñaca, Raúl, et al. (2001), “Presentación de la unidad didáctica”, en Explorar, jugar, cooperar. Bases teóricas y unidades didácticas para la educación física escolar abordada desde las actividades, juegos y métodos de cooperación, Barcelona, Paidotribo, pp. 253-275.
Sugrañes, E. y Angel, M.A. (2007). La educación psicomotriz. Cuerpo, movimiento, percepción, afectividad: una propuesta teórico-práctica.
Maganto C, Cruz S (2004) Desarrollo físico y motor en la etapa infantil. Desarrollo físico y motor en la primera infancia.
Carrascosa, S (2008) La psicomotricidad en educación infantil. 
Ahuja, M. y Cols. (2011) Efectos de un taller de psicomotricidad en el desarrollo personal de niños y niñas. Un estudio preliminar.
Martín, D- y Rodríguez, S (2010) Psicomotricidad. ¿Qué formación dicen poseer los profesores de Educación Infantil y Educación Especial de la provincia de Huelva.
Silvestre, Nuria y Ma. Rosa Solé (1993), “El desarrollo motor”, “Los movimientos locomotores, manipulativos y de equilibrio”, “La actividad gráfica” y “La función expresiva del movimiento”, en Psicología evolutiva. Infancia, preadolescencia, Madrid, Ediciones CEAC, pp. 45-51, 118-120, 126-127 y 127-129.
Ausubel, David P. y Edmund V. Sullivan (1997), “Desarrollo motor en la primera infancia y en el periodo preescolar” y “Maduración y aprendizaje”, en El desarrollo infantil. Vol. 3. Teorías.
Aspectos lingüísticos, cognitivos y físicos,  México, Paidós (Psicología evolutiva, 22), pp. 208-209 y 215-216.
Hurlock, Elizabeth B. (1998), “Variaciones en las habilidades de los niños”, “Habilidades motoras” y “Algunas habilidades motoras comunes en la infancia”, en Desarrollo del niño, México,McGraw-Hill, pp. 151-157.
Onofre R. Contreras, Jordán (1998), “Habilidades motrices básicas y específicas”, en Didáctica de la educación física. Un enfoque constructivista, Barcelona, INDE, pp. 191-192.
Díaz Lucea, Jordi (1999), “Desarrollo de las habilidades motrices en la edad escolar”, en La enseñanza y aprendizaje de las habilidades y destrezas motrices básicas, Barcelona, INDE, pp. 50.
Llorca Linares, Miguel y Ana Vega Navarro (1998), “El cuerpo en la institución escolar”, en Psicomotricidad y globalización del currículum de educación infantil, (Biblioteca de educación), Málaga, Aljibe, pp. 26-27.